Como película de acción, de hostias, robots, carreras y ciencia-ficción, es muy entretenida y Rodríguez nunca defrauda en este aspecto.

Pese a la presencia del muy venido a menos James Cameron –que pasó de ser el genio que dirigiera obras cumbre como Terminator 2, Aliens o Mentiras Arriesgadas a ser el artífice de tostones infumables como Avatar-, Alita es una película de acción entretenida que se puede disfrutar, si no te pones muy quisquilloso con su fidelidad como adaptación. Y esto se debe, principalmente, a la gran labor de dirección del maestro Robert Rodríguez, que rara vez defrauda a sus fans –excepto cuando le da por meter a Enrique Iglesias en una película de tiros, pero por suerte éste no es el caso-.

No tenía grandes expectativas con esta nueva adaptación americana de un manga legendario, pero me acabé encontrando con una cinta de acción que, si bien superficial, resulta bastante decente. No olvidemos que poca gente puede dirigir escenas trepidantes, peleas y persecuciones como el bueno de Rodríguez –El Mariachi, Desperado, Machete, Abierto hasta el amanecer, Planet Terror, The Faculty-.

La historia de la película es básicamente la trama del primer tomo del manga original –Gunnm, de Yukito Kishiro, traducido en el mundo occidental como Alita: Ángel de Combate-, pero añadiéndole partes de la trama del tercer arco –las competiciones de Motorball– y algunos detalles extraídos de distintos momentos de la serie original.

En este sentido, es relativamente fiel al original –o al menos, mucho más que otras adaptaciones como Ghost in the Shell, Constantine o todas las películas de Marvel-, en cuanto a que se basa en elementos sacados de la serie original, aunque estén remezclados un poco a gusto del director, pero intentando que todo provenga de la obra madre en mayor o menor medida. Eso sí, sin dejar de ser otra americanización de una obra clásica japonesa, de la que nos quedamos con las partes más superficiales de la historia y eliminamos todo lo profundo y metafísico que hubiera. Como curiosidad, los nombres de algunos personajes están cambiados, pero no es que se los hayan inventado para la película, sino que están basados en la traducción occidental que se le dio al anime al exportarlo –un poco como si hicieran una peli del Capitán Tsubasa y lo llamasen Oliver Atom-.

Aunque hay una parte que hace flojear la película y destruye casi por completo una historia que podría haber sido mucho más memorable: la vergonzosa trama romántica. La parte de la película que se han sacado de la manga –y no del manga– es una absurda y gratuita subtrama de amoríos adolescentes entre Alita y un sosainas infumable llamado Hugo. El tal Hugoque en el original sólo era un amigo más de Alita– es sin duda el personaje más insulso, aburrido e innecesario que he visto en una película en los últimos 20 años, una mezcla entre Riley Finn de Buffy Cazavampiros, Danny Pink de Doctor Who y cualquier personaje interpretado por Shia LaBeouf entre 2005 y 2010.

Si lo que querían mostrar era la relación entre un ciborg como Alita y los simples humanos, ya se había establecido una interesante y emotiva relación padre-hija entre ella y el Doctor Ido. No era necesario colar esa “trama Crepúsculo” que choca con el personaje, con la historia y con el estilo general de la obra. Si tuviera que aventurar una conjetura de por qué metieron esta inexplicable subtrama, diría que Cameronel peor productor del mundo– se empeñó y el pobre Rodríguez tuvo que meterla con calzador y a regañadientes, procurando que dicha trama no influyese mucho a la película y se pudiese recortar sin problemas en un futuro montaje del director, que probablemente aumentaría exponencialmente la calidad de la película.

Y es que Robert Rodríguez es un director como la copa de un pino y además se le nota que es un gran fan del manga Gunnm. Es una lástima que tenga a James Cameron produciendo y cortándole las alas –y no me refiero al brillante Cameron de los 80, sino al Skrull que le ha sustituido últimamente, el que se ha endiosado desde que ya no tiene detrás a un productor de verdad diciéndole “recorta esa parte, que sobra, y retoca esa otra para darle coherencia”-. Sus escenas de acción son impecables y divertidísimas. Algunas escenas de lucha están calcadas del tebeo golpe por golpe y plano por plano, así como los diseños de los villanos ciborg, con un cariño por la obra original que se ve al primer vistazo. Personalmente, me emocionaba cada vez que veía a Alita usar su mítica técnica del Panzer, la voltereta con patada vertical de arriba abajo con la que puede partir a la gente en dos como si nada. Sí, quizás hay algunos momentos de chulería y frases lapidarias que chocan un poco con el carácter inocente de la protagonista, pero tampoco molestan tanto como la presencia de Hugo, la verdad.

El casting no admite queja alguna, si intentamos no dar importancia a que los actores en esta versión no sean japoneses sino occidentales: Christoph WaltzDoctor Ido, Jennifer Connelly Chiren y Mahershala Ali Vector están tan espectaculares como lo están siempre en todo lo que hacen. La joven y desconocida Rosa Salazar interpreta a Alita de forma estupenda. Tenemos ciertas agradables sorpresas como recuperar a una olvidada estrella de acción de los 90, Casper Van DienAmok-, o a un viejo conocido de la filmografía de Rodríguez, Jeff Faheylo habéis visto en Machete o en Planet Terror-. Y no os diremos quién interpreta al villano que mueve los hilos entre las sombras, Nova, para que no os explote la cabeza.

La gran baza de esta película es su apartado visual. El departamento de dirección artística lo ha bordado y eso hay que admitirlo, por mucho o poco que nos pueda gustar el guión. El trabajo de diseño de producción es de lo mejorcito que se haya visto en lo que va de siglo: Los diseños de decorados, de vehículos, la estética cyberpunk decadente, los diseños de los ciborgs. En definitiva, la exhaustiva creación de un mundo post-apocalíptico, creíble pero a la vez impresionante. En cuanto a dirección de arte y a efectos visuales, sublime. No suelo ser un gran admirador de ver cine en 3D, pero en este caso está muy bien creado y lo recomiendo encarecidamente.

Uno de los puntos más criticados por el público desde el tráiler fue la deformación de los ojos de la protagonista para darle un toque más manga. Pero debo decir que no desentona con la película. Tengamos en cuenta que estamos ante una película de ciencia-ficción futurista con montones de CGI, en la que casi la totalidad de los personajes tienen retoques digitales para mostrar sus partes robóticas y deformidades corporales, para dejarnos claro que en ese futuro, quien más quien menos, todo el mundo tiene algo irreal e imposible en su físico –algo que no se habría podido hacer tan bien sin efectos visuales-. Así que, pasado el shock inicial de los primeros cinco minutos de película, casi te olvidas de los ojos de Alita.

Visualmente, esta película es un 10 sobre 10. En cuanto al guión, es un 6 pelado y gracias. Pero estoy casi seguro de que, con un buen remontajeeliminando la gratuita subtrama cameroniana del soporífero amorío adolescente, que nos hacía poner los ojos en blanco hasta alcanzar el umbral del dolor, y procurando que Hugo no apareciese en un solo plano ni se le mencionase en absoluto-, el apartado de guión podría subir de un 6 a un 8 y dejarnos una cinta media hora más corta, mucho menos irregular, mucho más agradable.

No esperéis una historia profunda y existencial que os cambie la vida. Pero como película de acción, de hostias, robots, carreras y ciencia-ficción, es muy entretenida y Rodríguez nunca defrauda en este aspecto.

Artículo de Josë Sénder.

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